Entrenar los imprevistos en el voleibol

Entrenar los imprevistos en el voleibol

En esta ocasión quería hablar sobre la organización del juego del voleibol y mostrar algunos elementos estratégicos, que seguro que ya muchos conocéis e incluso podéis aportar mejoras para resolver aquellos imprevistos que siempre ocurren en el voleibol.

En la mayoría de los deportes podemos encontrarnos situaciones técnicas (saber como jugar) y situaciones tácticas (saber que hacer). El objetivo es saber mezclar de la mejor forma posible ambas situaciones para poder conseguir resultados de calidad, que se traducen en mejoras individuales, de equipos y también en victorias.

ENTRENAR LOS IMPREVISTOS PARTIENDO DE LOS «PREVISTOS»

Por supuesto sabemos que en nuestro deporte hay multitud de situaciones cada vez diferentes con lo cual es impensable clasificarlas todas y entrenarlas. Pero si que podemos partir desde las situaciones más frecuentes, siempre conscientes de que puede cambiar algo durante el desarrollo del juego. Estos cambios también se entrenan, y a veces la diferencia entre una derrota y una victoria la da justo el saber interpretar y actuar frente a una situación de juego inesperada. Para ello, será fundamental contar con un grupo de jugadoras atentas y dispuestas a trabajar con sacrificio para conseguir resultados que quizás verán a largo plazo y no de forma inmediata.

Acción clásica voleibol

Si analizamos una acción clásica de voleibol (foto de a lado) podemos ir entendiendo primero la cronología de cada evento que ocurre en voleibol. La acción inicia siempre con el saque de uno de los dos equipos, al que sigue el conocido complejo de juego KA1 (del que hablo en este artículo) que consiste en las fases de recepción, colocación y ataque del equipo que no ha sacado (en el ejemplo el equipo 2). Llegados a este momento, nos encontraremos con ambos equipos en fase de re organización para construir o bien una defensa (equipo 1) o bien un apoyo (equipo 2). Y así hasta que una falta o punto determine el fin de la acción.

 

Si fuera así de fácil, probablemente este deporte se convertiría en algo aburrido, pero tranquilas que por supuesto la secuencia que os expuse arriba solo es una simplificación muy simplificada de como debería ser una normal acción de juego de voleibol. Donde tenemos que ser buenas como entrenadoras y por consecuente como jugadoras es en codificar y saber actuar en situaciones excepcionales (que tan excepcionales en realidad no lo son porque pasan a menudo), por ejemplo que hacer si el recibimos directamente hacia el otro campo, o si recibimos lejos del campo y hay que correr a recuperar el balón, o el bloqueo es abierto y no cubre la zona que pensábamos que estaría cubierta…

Indicamos excepcionales como aquellas situaciones de juego imprevistas, que aunque conozcamos por experiencia o por entrenamiento, no sabemos cuando van a ocurrir y por lo tanto imprevistas. No se trata pues de acciones esporádicas sino de todo lo contrario. Son situaciones bastante frecuentes que hay que saber que resolver si queremos mejorar como jugadoras. Las situaciones excepcionales no son siempre negativas; si pensamos, por ejemplo, a una free que llega a nuestro campo: situación claramente positiva para nosotras, si sabemos como actuar.

EL SENTIDO DE ADAPTACIÓN

El resultado de este pensamiento es que frente a determinadas situaciones imprevistas, las jugadoras deben desarrollar un gran sentido de adaptación, modificando su propio comportamiento en campo a las exigencias que la situación excepcional les pone delante.

Con lo cual podemos afirmar dos conceptos:

  • Si una situación no está clasificada como excepcional, el comportamiento de las jugadoras debe ser normal;
  • No hay que improvisar nada, sino entrenar todas aquellas situaciones excepcionales para respetar el desarrollo del juego y no cambiar de comportamiento cuando no es debido.

Este trabajo, que puede resultar sencillo de asimilar, en realidad es bastante complicado para las jugadoras, ya que supone aceptar y respetar algunos procedimientos importantes que responden a preguntas como «¿como se si esta es una situación realmente excepcional?, ¿Como se si todas mis compañeras se dan cuenta de que esa es una situación excepcional? ¿Cómo comunico a las demás de que esa para mí es una situación excepcional? ¿Cómo actúo si una compañera indica una situación excepcional y yo creo que no lo es? Como veis, podríamos seguir un rato con las preguntas. Lo mejor es ir poniendolas para vosotras mismas preparar las respuestas y aplicarlas en los entrenamientos.

Para entender mejor el concepto, podemos utilizar una situación de juego bastante común que suelen aplicar muchos entrenadores. Sabemos por reglamento que una jugadora no puede realizar dos toques consecutivos. ¿Qué pasa cuando es la colocadora quien realiza el primer toque? Por ejemplo defendiendo una bola en 1. Podemos considerar esta situación como excepcional y por lo tanto tenemos que aplicar un código de conducta para que todas las jugadoras sepan como se actúa en este caso. El clásico ejemplo es que la central que esté adelante se encargue de colocar el balón que llegue cerca de la red, mientras que la libero lo hará si el balón se queda atrás.

Una vez identificada la situación excepcional, cambiamos (adaptamos) nuestro comportamiento a ella para luego volver al comportamiento normal de juego.

PRINCIPALES PROBLEMAS

Uno de los principales problemas a los que nos enfrentamos es que no podemos prever ni clasificar todas las acciones de juego excepcionales. En mi caso trato de clasificar el mayor número de situaciones excepcionales dividiéndolas por fundamental de juego (rece, colocación, saque, remate, defensa, bloqueo…). Además, les suelo poner un grado de dificultad para que, conscientes de que nuestras jugadoras no pueden codificar de la misma forma todas las situaciones excepcionales, sepan cuales tienen prioridad y cuales no.

En mi caso, por ejemplo, según el equipo adversario que tengo en frente suelo reducir el grado de prioridad de las zonas grises en las esquinas de 1 y 5 en defensa si creo que es conveniente tener una defensa más corta y sabiendo que las adversarias raramente buscan estas zonas. Así reduzco el nivel de información y al mismo tiempo indico la táctica a utilizar.

El otro problema se refiere a como relevar la situación excepcional, ya que:

  • La relevación es subjetiva
  • La relevación siempre es subordinada a la posición de la jugadora y a su sistema de referencia

IDENTIFICAR LA COMUNICADORA

Con lo cual podemos encontrarnos con que una jugadora se percate de una situación excepcional y otra no (muy frecuente). Esta confusión puede llevarte a la ruina como entrenadora, con lo cual, antes de aplicar esta metodología, te sugiero estudiar bien tu equipo y ver si puedes aplicarla. Por supuesto, piensa si tú como entrenadora eres capaz de transmitir lo que quieres con esta metodología y solo cuando eres consciente de ello puedes avanzar hacia la posible solución: para cada situación excepcional (o grupo de situaciones) establecemos, además del tipo de adaptación, quien se encarga de medir la situación de juego para clasificarla, en milésimas de segundo, como excepcional. De este modo consigues optimizar los tiempos, ya que solo una jugadora debe evaluar la situación de juego.

Para que este sistema funcione, debes respetar este principio:

SI LA COMUNICADORA HABLA, LAS DEMÁS OBEDECEN

En mi caso suelo utilizar dos comunicadoras al trabajar con juveniles o en competiciones semi profesionales: la libero se encarga de comunicar todas las situaciones que se verifican atrás, la colocadora o central lo que pasa cerca de la red. Indico a veces la central porque así le doy un papel de responsabilidad a un puesto que en determinadas categorías no suele ser muy valorado a nivel técnico, con lo cual de esta forma la implicamos y la motivamos, entendiendo que su papel en el equipo es igual de importante que las demás (y es así de verdad).

Por supuesto dependerá del tipo de jugadora que tengas para elegir la/s comunicadora/s. Una atleta que tenga una buena visión de juego, lectura, liderazgo y sentido de responsabilidad sería lo ideal, pero esto lo dejamos a los dioses. Yo uso la doble comunicadora propio porque no siempre puedo contar con jugadoras con capacidades tales que me garanticen un éxito en la ejecución de esta metodología. Y no porque sean tontas sino porqué será nuestro trabajo lo que les permitirá desarrollar estas capacidades.

Las dos situaciones excepcionales por excelencia podemos definirlas como:

  • Situación «Mio»
  • Situación «Help»

La primera es la más común, y se refiere a cuando una jugadora quiere ir a por el balón aunque no debería ser ella la que debería ir, o cuando quiere evitar una situación de conflicto. En este caso, quien grita «mio» se convierte en comunicadora, con lo cual las demás deberán obedecer según la regla que marcamos arriba.

La situación «Help» se refiere a cuando una jugadora no puede llegar al balón (o cree que no puede) y en lugar de decir «Tuya» que yo odio, pide ayuda a otra jugadora. Otra opción es gritar el nombre de la compañera que creemos que pueda ir para resolver esta situación excepcional.  Por ejemplo, cuando recibimos mal, la colocadora está en 1 y el balón se va lejos hacía 4, fuera del campo. En este caso ni siquiera deberíamos llamar la atención de la jugadora en 4, pero por si las moscas la comunicadora grita su nombre.

Si conseguimos aplicar esta metodología de trabajo en equipo a nuestro grupo y ellas se sienten capacitadas, podemos sin duda sacar muchas ventajas en aquellos partidos duros, donde la diferencia de puntos la hace una toma de decisión equivocada o no preparada. Por supuesto preparate para la confusión total y las caras de monos durante unos cuantos entrenamientos

Bueno espero que hayas podido entender que quiero decir con «situación excepcional» e imprevisto.

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