Greta Thunberg, nunca serás demasiado pequeña para marcar la diferencia

Ultimamente hemos vuelto a oír hablar del problema del cambio climático (porque por mucho que se diga, de un problema se trata), y digo que hemos vuelto porque parece que este fenómeno sigue el modelo de determinadas modas que nacen, se explotan, mueren y luego vuelven a aparecer con el paso del tiempo (las barbas, las zapatillas, los vaqueros…).

En realidad se trata de un problema mas que temporal y parece que algo está cambiando entre nosotros, sobre todo entre los mas jóvenes, los mas curiosos, que dejan de lado los tonos mas oscuros del debate científico y reivindican con fuerza un papel activo en la sociedad, cansados de «quedarse en su sitio» mientras que los «mayores» no hacen nada para mejorar la situación. Y lo hacen legalmente, de forma pacifica, tal como os voy a comentar.

La primera mecha se había prendido el año pasado en los Estados Unidos cuando nació el movimiento «Enough! (Ahora basta!)» que ha movilizado mas de 1 millón de jóvenes estudiantes en contra de las armas después del enésimo acto de violencia con muchos muertos en un instituto norteamericano. Frente al increíble silencio de los políticos, interrumpido como mucho por algún eslogan hipócrita dictado mas por una campaña electoral que por sensibilidad hacia el tema, los directos interesados han pasado a la acción. La March for Our Lives del 24 de marzo de2018 será recordada como una de las protestas mas grandes de la historia de ese País, y aunque la mayoría de la clase política parece no haberse dado cuenta del cambio, en las elecciones del otoño de 2018 se ha visto como la mayoría en el Congreso norteamericano haya cambiado de color.

Mientras, en Europa, muchos gobiernos parecen esclavos de sus frágiles equilibrios internos, ahogados por partidos xenofobos y populistas que en lugar de producir algún cambio en realidad participan y alimentan una maquina administrativa inmóvil, que protege los intereses de grandes empresas e ignora problemáticas muy grandes cuyos efectos ya no son a largo plazo porque se pueden ver claramente en nuestro día a día.

«Este es el juego de la política y así son las reglas» dirían los dinosaurios de nuestra sociedad. En realidad hay un movimiento juvenil que no tiene ninguna intención de quedarse de brazos cruzados mientras el mundo se hunde a sus pies. Se trata de mentes libres de ideas y conceptos empaquetados durante el siglo pasado. Mentes sanas y con un toque de locura que les empuja a emprender un nuevo camino sin miedos ni compromisos. Si a todo esto añadimos la nueva forma de comunicarnos a través de las redes sociales, ya libre de filtros impuestos por los viejos medios de comunicación, instantánea y viral, sale una receta ideal para crear un efecto dominó que antes o después tenía que verificarse.

Parece que la mecha en Europa se haya prendido en Suecia, por manos de una joven estudiante cuyo nombre ya no suena nuevo a muchos: Greta Thunberg. De pequeña, Greta se había quedado profundamente impactada por las clases recibidas sobre el cambio climático: había dejado de comer, de salir, de hablar. Además de su síndrome de Asperger, le habían diagnosticado una leve depresión. Después de un profundo trabajo sobre si misma y gracias al apoyo de su familia, Greta volvió al colegio, pero seguía sin sonreír y con un sentimiento de impotencia frente al grave problema del cambio climático.

Gracias a una fuerza de voluntad que muchos envidiaríamos, Greta empezó primero a cambiar el estilo de vida de sus padres (que se han convertidos en vegetarianos y luego en veganos, aunque la madre confiesa comer de vez en cuando queso a su espalda) y luego convenciendo su madre, una famosa cantante de música clásica, a dejar de volar, interrumpiendo su carrera. Esta historia, totalmente real, puedes encontrarla en el libro «Escenas desde el corazón» que de momento solo está disponible en sueco (puedes seguir la página web de Malena Ernman, la madre de Greta, aqui: https://www.facebook.com/malenaernman)

Mientras, Greta sentía que aún no estaba haciendo lo suficiente. Con 15 años ha empezado de forma totalmente espontanea a manifestarse frente al parlamento sueco cada viernes, en lugar de ir a clase. Al principio sus padres no estaban de acuerdo, pero la determinación de esta chica era demasiado fuerte para poder pensar en que iba a cambiar de idea fácilmente. Así comienza la historia que mas conoceréis, la de los Fridays for Future. Greta ha comenzado a atraer la atención de los medios de comunicaciones locales, nacionales e internacionales, llegando a ser invitada a la conferencia de las Naciones Unidas COP24 donde ha tenido un discurso muy fuerte de denuncia frente a los principales lideres mundiales.

«No sois lo suficientemente maduros para decir como están las cosas – ha abierto Greta-. Nosotros los mas pequeños tendremos que heredar también este desastre. A mi no me importa ser popular. Quiero justicia climática y una mejor vida para todos en nuestro planeta. Nuestra civilización está en riesgo porqué un número muy pequeño de personas quiere seguir ganando mucho dinero(….) Decís de amar vuestros hijos por encima de cualquier cosa, cuando en realidad les estáis privando de su futuro, delante de sus hijos. Hasta que no empecéis a centrarse en lo que hay que hacer realmente en lugar de lo que es políticamente posible, no tendremos esperanza alguna. No podemos resolver una crisis hasta que no empecemos a tratarla como tal (la crisis económica nos enseñó algo sobre esto, ndr.).

Como podíamos imaginar, este discurso ha causado un sin fin de reacciones, disparando la popularidad de la joven sueca que en cosa de un par de semanas ha sido invitada a hablar en una charla TEDx de Estocolmo, entrevistada por la CNN norteamericana, ha participado al Forum Mundial de la Economía de Davos (donde ha ido en tren, de Estocolmo a Suiza, mientras que han sido utilizado mas de 270 aviones privados por los demás invitados..)

En Davos, frente a los representantes de los grupos económicos mas potentes de la tierra, Greta ha sido aún mas dura:

«No quiero vuestra esperanza-ha dicho-No quiero que seáis optimistas. Quiero que tengáis miedo. Quiero que sintáis el mismo miedo que siento yo todos los días. Y luego quiero que hagáis algo». Pensad de nuevo al hecho que esta joven tiene 15 años y tenía en frente a muchas de las personas mas potentes del planeta cuando ha pronunciado esas palabras.

El riesgo es que Greta se convierta en un icono que habrá que sacrificar, sobre todo en la época en la que la comunicación en tiempo real crea y destruye mitos en pocos días. Intentemos proteger a Greta, y hacer que historias como la suya puedan ser de inspiración para otros. De momento sabemos que su esfuerzo no ha sido en vano: países como Bélgica (mas de 30.000 participantes), Reino Unido (10.000), luego Alemania, Francia, Suiza, Australia y poco a poco en mas de 50 países de todo el planeta (España incluida) han visto crecer el movimiento Friadys for Future con manifestaciones todos los viernes. 

Cuales han sido las reacciones de los «grandes» frente a estas estimulaciones? Pues la peores posibles. La parte mas conservadora del mundo político ha intentado minimizar el fenómeno confeccionando un sin fin de errores y meteduras de pata mediáticas que no le han venido nada bien. En algunos casos se ha llegado a algo increíble: La (ex) ministro de medio ambiente de Bélgica, Joke Schauvliege, ha llegado a declarar en una rueda de prensa que «las protestas de los estudiantes no eran acciones espontaneas sino una manipulación de poderes ocultos», y para confirmar su declaración ha pensado publicar inmediatamente otra afirmación que pasará a la historia: «las pruebas de los poderes ocultos proceden nada menos que de los servicios secretos!». Por supuesto las agencias de seguridad no han tardado mucho en desmentir de forma categórica estas afirmaciones, generando un escándalo nacional que ha llevado la ministro a sus dimisiones. Algo parecido ha pasado en Reino Unido, donde Theresa May ha intentado disminuir la dimensión del movimiento definiendolo «una perdida de tiempo», y esta vez Greta le ha respuesto en Twitter a través de su cuenta (con mas de 550.000 seguidores)

La respuesta ha sido: «El primer ministro Británico ha afirmado que las protestas de los jóvenes son una perdida de tiempo escolar. Eso tal ves sea el caso. Pero, de nuevo, los líderes políticos han desperdiciado 30 años de inactividad. Y eso es un poco peor».

El juego ha cambiado. Los lideres políticos de la vieja escuela están acostumbrados a los filtros que los medios nacionales aplicaban a sus ruedas de prensa, pero ahora en las redes sociales todo lo que dices, para bien o para mal, llega de inmediato a cualquier rincón del mundo, haciendo que la confrontación sea tal que podrías salir con los huesos rotos.

Cuando el ministro australiano de educación ha amenazado los jóvenes manifestantes con castigarles por ir a la huelga, Greta le ha contestado:

«Ok, te escuchamos, y no nos importa. Tus declaraciones pertenecen a un museo.»

Los tiempos cambian, el movimiento crece rápidamente porque responde a la necesidad de los jóvenes de que se les escuche. Infravalorarlo representa un grave error de comunicación, ya que los tonos moderados, de tranquilidad que transmiten los políticos ahora representan exáctamente la causa de la crisis actual. Y como decir que no tienen razón, después de las continuas ruedas de prensa y documentos científicos que dejan al descubierto datos alarmantes, de las Garbage Patches (islas de basura) que flotan en los océanos, del deshielo del Polo norte y la subida de la temperatura global. La situación pasa luego de la tragedia a la comedia si las respuestas de los políticos, que no manejan el lenguaje de las redes sociales, son como las que acabo de mencionar.

Dejemos espacio a nuestros jóvenes. Que tenemos que perder? Realmente unos días menos de clase les arrebatará su futuro, o será el cambio climático? La historia de Greta no es la única, aunque ahora es la que tiene mayor visibilidad mediática. Aji Piper, por ejemplo, con 17 años, junto con otros compañeros de instituto, ha decidido demandar el gobierno del Estado de Washington para obligarlos a actuar para proteger el medio ambiente. Ha ganado! Y ahora están llevando el juicio a nivel federal. Puedes conocer su historia a través de su misma voz en una intervención en el TEDx de Seattle:

Las historias que decidimos contar dan forma a la realidad que vivimos. Personalmente estoy muy contento de que los jóvenes esten demostrando la libertad mental necesaria para poder pensar mas allá de las paradojas en las que vivimos, y se están moviendo dentro del sistema para conseguir sus objetivos: sin violencia, pero con determinación. Trabajemos para que no pierdan esta determinación, necesitan nuestro apoyo. Sin apoyos Greta o Aji no se habrían convertido en los iconos que ahora son. Sin unos padres pacientes, educadores con miras y abogados valientes, no habrían podido iniciar sus campañas personales, que ahora son de todos.

Cada movimiento necesita lideres y banderas, pero para obtener algo necesita de mucha participación desde las bases. Hay que creer y apostar a que podemos ser parte del cambio ya que la puesta en juego es muy alta (Noam Chomsky recientemente ha escrito en el National Observer que «la sociedad humana organizada podría no sobrevivir mas allá de un par de generaciones mas»).

Así que tu que estás leyendo estas lineas: únete al movimiento! No se trata solo de bajar a la calle (que es de por si muy importante) sino también actuar en tu día a día para que primero tu y luego las personas que te rodean puedan ser conscientes de la necesidad de cambiar estilo de vida para que podamos cambiar nuestra sociedad. Y a lo mejor la palabra «medioambiente» saldrá incluso en algún eslogan de campaña electoral o en la agenda del próximo gobierno de España, ya que hasta hoy muy poco se ha hecho en este sentido.

Para los padres, los educadores, los profesores: quizás esta protesta se esfumará, como ya ha pasado en otras ocasiones, quizás no. Quizás estos jóvenes que utilizan eslogan como «En 2019 el Titanic no se habría hundido», o «Hasta los dinosaurios pensaban de tener aún tiempo» o «El clima está cambiando, porque nosotros no?» han entendido antes que nosotros que se trata de una batalla para sobrevivir y no se rendirán fácilmente. Al fin y al cabo, se trata de una generación que ha crecido rodeada de video juegos e historias de superheroes, así que parece raro que dejen morir fácilmente sus sueños.

Por parte nuestra, los mayores, dos opciones: ayudarles, o apartarnos, que ya bastantes daños hemos hecho.

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