Las 10 armas psicológicas de un entrenador de voleibol
A veces escucho presidentes y otros miembros de clubes de voleibol etiquetar los entrenadores como «gente que lanza bolas» como para decir que hacer el entrenador es lo más sencillo de este mundo. Vamos a descubrir las 10 armas psicológicas de un entrenador de voleibol.
Si eres una/un entrenadora, esto te habrá llegado como una cuchillada al corazón.
Solo pensando a las noches sin dormir, a los cabreos porque las jugadoras te avisan a última hora que no van a ir al entreno, a las fiestas entre amigos a las que no pudiste ir, a la búsqueda de una solución a los males de tu equipo, y mucho más…te das cuenta de que esto no es tan fácil como esta gente dice. Yo a veces pienso a la gente que se sube a las montañas rusas: no estás bien cuando montas en las montañas rusas, por supuesto no lo estás cuando bajas, pero allí estás, y porqué? Para buscar una emoción! Eso para mí hace una persona que quiere ser entrenador/a: no lo pasa bien durante el partido, ni durante los entrenamientos, pero no viviría bien sin estos momentos.
Como las emociones son parte fundamental del deporte, poder manejar «armas mental» nos vendrá bien para nuestro bienestar y sobre todo para que tu equipo alcance los resultados esperados. Se trata de procesos, trucos estratégicos y gestión de situaciones que un entrenador puede realizar para mejorar las prestaciones de las jugadoras y su propio control mental.
¿Quieres algún ejemplo? Aquí te indico primero los problemas más comunes:
- Nuestro equipo está perdiendo muchos puntos, no consigue volver a la senda de la tranquilidad y no sabe reaccionar;
- Una jugadora está jugando mal aunque pueda hacerlo mucho mejor pero no conseguimos animarla;
- Nos gustaría tener alguna idea para que los adversarios cometan errores y se desconcentren;
- No entendemos que le pasa a algunas jugadoras durante los entrenos o en un partido.
¿Qué haríais en estas situaciones?
Probablemente ya sabéis como actuar y esto está muy bien. Pero nadie nace con estas cualidades, que normalmente se aprenden en la Universidad o con la experiencia. Personalmente sigo poniéndome estas preguntas muchas veces, y con los años he conseguido afinar unas armas que hoy en día me permiten solventar algunas de esas situaciones.
1. Conocer los perfiles psicológicos de cada jugadora
Esta actividad requiere tiempo y esfuerzo que muchas veces no tenemos, pero si conseguimos crear un perfil psicológico por cada jugadora tendremos mas facilidad a la hora de poder solucionar ciertos problemas (estrés, falta de motivación, distracción, etc.) y así prevenir en lugar de curar. Lo que suelo hacer yo es un test basado en diferentes experiencias, pero sobre todo en experiencias deportivas y sociales, para determinar mentalidad, energía, táctica, identidad y naturaleza de cada persona.
2. Saber tratar con cada jugadora
Cada jugadora tiene sus propias formas de reaccionar a determinadas situaciones o comunicaciones; saber si alguna de ellas prefiere que se le reprenda o quien no, o saber a quien puedes criticar mas o quien necesitas de mas cumplidos y cariños, sobre todo durante los partidos, puede resultar determinante para el éxito de tu equipo.
3. La técnica del Sandwich
Resulta muy útil cuando hay que corregir una jugadora, y se basa en criticarlas pero justo antes y después de la critica poner comentarios positivos (ejemplo: «te veo bien hoy colocando pero te falta creatividad en la distribución, aún así las bolas llegan bien a las bandas»)
4. Visualización hipnótica
No tengáis miedo, no nos vamos a meter en ningún ámbito puramente científico. Se trata mas sencillamente de poner la jugadora en un estado que le permite visualizar en su mente cual es el gesto técnico correcto en sustitución del error.
5. Gestionar los nervios
Saber gestionar los nervios es fundamental, y tú eres quien debe encargarse de disminuir la tensión en el equipo. He escrito un artículo específico sobre este tema, gestionar los momentos de crisis durante un partido.
6. Las sustituciones correctas
Siempre es mejor tener un plan en cuanto a como, cuando y donde sustituir tus jugadoras, más allá del clásico «cambio colocadora no muy alta por jugadora alta para que hagamos punto en bloqueo». Está claro que en el saque podemos tener más beneficios de una jugadora que está en el banquillo, o que una central es buena en la pata, o una opuesto es más fuerte tirando pipe que otra, etc.
7. Gestión del tiempo muerto
Este tema también merece un artículo a parte, por ello he escrito como gestionar el tiempo muerto en el voleibol, porque, tal como para las sustituciones, hay que saber claramente en que momento del partido llamar el tiempo, saber el porqué, saber que decir para luego mejorar realmente en el campo.
8. Refuerzos verbales
Términos, palabras clave, etiquetas, que si se pronuncian en determinados momentos a jugadoras concretas pueden aumentar la confianza y la autoestima, mejorando la prestación.
9. El ataque psicológico
Se trata de aptitudes y acciones que realiza el entrenador «atacando» el equipo adversario y disminuyendo su concentración, aumentando su nervioso y disminuyendo su confianza. No se trata de la mas ética de las armas pero es verdad que muchas veces se usa, y suele funcionar.
10. El discurso motivacional
Dejo esta arma por última porque no debemos obligarnos a dar discursos si no somos capaces. Dejad ya de ir a Youtube para ver el discurso de Al Pacino en «Una tarde cualquiera» porque este discurso nunca será el vuestro, nunca habrá salido de vosotros y no se adapta ni al deporte ni a vuestro equipo. Al final el equipo debe creer en lo que tú dices, y si tú no te lo crees, transmites esta inseguridad al equipo, lo cual empeorará la situación en el juego. Trata de ser tu mismo, adapta las frases a la situación real (si tienes un equipo de juveniles jugando para la octava plaza quizás no debes decirles que entren a comerse las adversarias…) y habla siempre pensando en las experiencias que vivís juntos durante la temporada (entrenamientos, partidos, desplazamientos cuando se juega fuera, cenas, quedadas, una lesión grave, una buena noticia, aquel partido memorable, aquel partido horrible, etc.).
Hasta aquí las 10 armas psicológicas de un entrenador de voleibol.
Te dejo aquí también sobre ser una entrenadora de voleibol