UN LUGAR DONDE SE VIVE BIEN
Si bien somos el continente más envidiado del mundo por su gastronomía, su clima y sus tradiciones, ahora mismo podemos afirmar que el coronavirus pone en evidencia cómo todos estos atributos no sirven para mantener bien unida a la Unión Europea.
Cuando en las charlas en los institutos pregunto sobre «¿qué significa Europa para ti?», recibo respuestas de las más diversas, algunas incluso para escribir historias divertidas, otras para que los padres fundadores se revuelvan en sus tumbas. Nunca he preguntado si el Coronavirus acabará con la Unión Europea, pero a partir de ahora tendré que plantearlo.
Sin duda, puedo definir 2 respuestas como las más comunes:
1- Un lugar donde viajar libremente
2- Paz
Podría comentar un sinfín de adjetivos negativos que también salen, pero muchas veces se adaptan al contexto del momento (crisis, fake news, partidos xenófobos…) aunque pueden representar la actualidad de los últimos 10 años.
Volviendo a los comentarios de los jóvenes, los mismos que ahora parecen ligeramente más inmunes al Coronavirus, resulta curioso que puedan hacer estos comentarios sobre Europa, cuando la mayoría de ellos (15/17 años) ni siquiera ha salido de su país, y menos aún conocen una guerra que no sea la que cada día se pueden encontrar en las redes sociales, muy distante de la realidad.
Será porque nuestros padres, los profesores, los políticos y la sociedad en general siempre tuvieron estas palabras en la boca para defender el proyecto de una Europa unida y ya se sabe, cuando repites una cosa muchas veces, aunque sea mentira, acabarás asumiendo que es verdad.
Si bien es cierto que Europa es un lugar (de los pocos en el mundo) donde puedes circular libremente por la mayoría de sus países sin tener que parar a un control de frontera, y también es cierto que esta unión ha puesto fin durante más de 60 años (de momento) a las atroces guerras a las cuales estaba acostumbrado este continente, es ahora, y en los momentos más críticos de la historia reciente en general, donde podemos notar los defectos de este «proyecto».
SCHENGEN Y PACTO DE ESTABILIDAD
Cuando creíamos que la violenta irrupción de partidos xenófobos en la escena política europea iba a quedarse lentamente en segundo plano para volver en otro momento, llega un nuevo desafío para nuestra amada Europa: un enemigo invisible, peor aún que la indiferencia, el hambre y la xenofobia, porque se sale de patrones ideológicos, sociales y materiales. Un enemigo que mata a ricos y pobres, a jóvenes y mayores, a conservadores y demócratas sin distinción alguna, generando miedo en cualquier rincón del mundo, el miedo a lo desconocido, el peor de todos los miedos.
Estos momentos históricos se repiten continuamente, aunque es posible que cada vez con menos frecuencia, sobre todo cuando tenemos la mejor Europa de la historia, en cuanto a tratados y pactos de unión y estabilidad se refiere. Todos juntos para un desarrollo común, basado en principios y valores de calidad, que te ponen la piel de gallina solo con leerlos, pero que poco notamos en la realidad del día a día.
Ahora que las circunstancias nos ponen frente a un enemigo de esta envergadura, ahora que deberíamos estar todos unidos tal y como lo plantearon los padres fundadores, ¿qué hacemos? Cada uno a lo suyo. El coronavirus acabará con la Unión Europea y cada país actúa según estima conveniente. Siguiendo intereses individuales, esperando unos días más para actuar, para poder recuperar algo de liquidez mientras los mercados se hunden, a costa de perder miles de vidas. Cada uno mira al otro como se mira al mendigo que pide la limosna: nos da pena, a veces le damos algo pero muchas veces pasamos de largo sin ni siquiera mirarle en la cara, como pensando que esto nunca nos pasará a nosotros.
¿Y EL GRADO PA CUÁNDO?
Europa está perdiendo la oportunidad de graduarse, otra vez, porque está siendo incapaz actuar unida frente a las adversidades. Luce cuando las cosas van bien, en esos exámenes sencillos con profes mediocres, pero se echa para atrás cuando tiene que esforzarse más. Echando la culpa a profes que son muy estrictos o a la misma asignatura que habría que replantear. Cuando tenemos que ser viento, decidimos ser banderas.
Todos actuando en solitario frente al enemigo común, pero de acuerdo en una sola cosa, quizás la menos importante para enfrentarnos al virus, pero de las más cuestionadas por algunos países: la suspensión del acuerdo de Schengen. Verdadera joya de la corona de la UE, permite la libre circulación de personas y mercancías desde hace ya 25 años. Podemos afirmar que puede representar una medida más o menos idónea en estos momentos (el enemigo ya está en casa) pero no podemos negar que muchos países europeos demandan en voz alta reorganizar estos acuerdos para reintroducir limites propios del pasado.
LA ECONOMÍA FIRST
Todo esto mientras los mercados se hunden. Ayer, el enemigo estaba en Asia, y mientras estaba lejos no nos importaba actuar para prevenir, hoy está en nuestra casa y aún hay compañeros de piso que actúan como si no lo tuvieran cerca. Mientras, en Estados Unidos repiten el mismo error que Europa y tardan en tomar medidas que ya no pueden definirse de prevención. Reino Unido sin comentarios; Boris Johnson se arriesga a perder sus principales votantes con tal de aparentar ser aún más diferente de la indiferencia europea.
La suspensión del pacto de estabilidad permite a los Estados emprender medidas que ayuden las economías de sus países, pero una vez más seguimos trabajando en solitario para curar las heridas, cuando la solución debería ser igual para todos. Hasta en la búsqueda de una vacuna se ha empezado una carrera, una competición incluso entre países europeos, a quien la lance primero al mercado, cuando hubiéramos podido crear un grupo de investigación científico común compuesto por los mejores profesionales de que disponemos, ahorrando tiempo y dinero.
¿QUÉ PASA CON LOS PROGRAMAS EUROPEOS?
A nivel personal, estando en la gestión de diferentes proyectos europeos, muchos de ellos con personas y no solo outputs implicados, noto una total falta de comunicación, organización y actuación rápida para poder hacer frente a estas causas de fuerza mayor que ya se contemplan en las guías, pero que parece que nadie se lee. Otro motivo más por el que creo que el Coronavirus acabará con la Unión Europea. La primera medida tomada por la UE a nivel económico ha sido destinar 25.000 millones de € para el rescate de cada país, pero luego te vas a leer la letra pequeña y descubre que se trata de dinero que cada Estado Miembro tenía para usarlo como fondos estructurales pero que nunca llegó a gastar (estamos hablando de más del 40% de fondos no utilizados por los Estados Miembros).
LA UNION EUROPEA ACABARÁ CON EL CORONA VIRUS
En medio de todos estos acontecimientos, y teniendo tanto tiempo libre para pensar, siempre después de haber hecho la rutina deportiva, la rutina higiénica, la mental, compartido fake news y memes, haber aplaudido y hacer caceroladas, me pregunto cuál va a ser el futuro de esta criatura, Europa, si todos seguimos mirando hacia nuestra propia huerta, si solo somos solidarios dentro de cada frontera. Hemos perdido la ocasión de trabajar juntos en la prevención, hemos fallado en no pensar en un plan común para enfrentarnos cuando ya el enemigo estaba dentro (Italia), y hemos pensado más en eliminar medidas que ya teníamos en lugar de crear nuevas en beneficio real de la colectividad. Ahora tenemos la última ocasión para pensar todos juntos en cómo actuar una vez que hayamos ganado al enemigo, porque iremos en solitario, pero todos queremos el mismo final.
¿QUÉ ES PARA TI EUROPA?
Para mí, Europa va más allá de los beneficios prácticos, aunque es cierto que gracias a estos beneficios he podido conseguir cosas que en otros lugares del mundo ni hubiera imaginado. Para mí, Europa es el reloj viejo y sin batería que me dejó mi abuelo y que guardo en un cajón en casa de mis padres, que parece no tener mucho valor frente a otros que brillan más a su alrededor.
Puedo pasar delante de él varias veces en un día sin prestarle mucha importancia, puedo hablar de relojes y seguir sin pensar en él, puedo admirar otros relojes y ni siquiera comparar. Pero cuando viajo hacia esa casa, el viaje se me hace menos largo pensando en las personas queridas que voy a encontrar pero, sobre todo, pienso en este reloj, en este legado que debo proteger, en las historias que guarda y que mi abuelo me contó, en las personas que ha visto y las cosas que ha podido conocer.
Este reloj me recuerda que el pasado es lo único que conocemos, y que quizás por ello muchas veces intentamos reproducir; cambiamos los protagonistas, los escenarios, pero siempre con el objetivo de recrear aquello que nos hizo más feliz. Europa te quita el sueño y te arropa, te ofrece oportunidades y te las arrebata, te demuestra que con esfuerzo puedes conseguirlo y te da bofetadas en la cara cuando menos te lo esperas. Porque Europa es lo que nosotros somos y queremos ser, y gracias a lo que queramos ser, podrá ser algo diferente.
NAVEGAR EN ALTA MAR
En definitiva, para mí Europa debe ser como un barco: estando en puerto amarrado es muy bonito de ver pero es en alta mar, frente a todo tipo de adversidad, cuando da lo mejor de si, siempre y cuando su tripulación este a la altura. De lo contrario, el coronavirus acabará con la Unión Europea.
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